Tarea 4

 

Tras las lecturas de la semana pasada me pregunto si la actividad científica no estará, en cierta medida, perdiendo el rumbo, y traicionando, quizás, su esencia en aras de atender a intereses sesgados y ajenos a lo que debería ser su principal motor: el avance del conocimiento y la difusión de este al mayor número de personas posible.

Parece innegable que una de las consideraciones fundamentales que guía la producción científica en la actualidad es la presión por publicar en revistas con un factor de impacto alto. Como varias de las lecturas dejan claro, por ejemplo la referente a la iniciativa DORA, el factor de impacto no debería ser valorado como un indicador absoluto, ya que no era esa su función original y, además, no es una de las métricas más fiables a la hora de juzgar la calidad, rigor o el valor práctico real que una determinada publicación puede tener. En mi opinión, es peligroso que el prestigio y visibilidad asociados a ciertas revistas, así como la necesidad por parte de los investigadores de publicar sus trabajos en ellas para obtener financiación, avanzar sus carreras y ampliar su reconocimiento, pueda hacer que estos se vean tentados a priorizar temas o resultados que sean más susceptibles de ser aceptados por dichas revistas, sacrificando así la atención a otras líneas de investigación que pueden ser menos populares, pero igual de relevantes a otros niveles. Todo esto contribuye a crear una cultura académica jerarquizada, poco transparente y ciertamente politizada, algo que, desde mi punto de vista, distorsiona la esencia de la actividad científica y del ejercicio académico.